lunes, 21 de julio de 2008

Qué hermosa visita...

Por Felipe Berríos S.J.


Imaginémonos la escena de alguien que está de visita invitado a tomar té y de pronto otro comensal por casualidad da vuelta una taza, la que, que derramándose sobre el mantel, le mancha los pantalones. Lo más probable es que él o la perjudicada por estar de visita mostrará toda su comprensión y amorosamente dirá frases que aminoren el desastre, tales como: “no importa…, no ha pasado nada…, fue un poco…, no te preocupes…” Con gentileza y olvidándose del propio pantalón ayudará incluso a limpiar lo derramado sobre la mesa y el piso. Pero si una escena similar a la descrita y participando la misma persona sucede ya no de visita sino que en la propia casa, las reacciones serán muy diferentes. Lo más probable es que después de la desgracia explote inmediatamente una exclamación de molestia. Y levantándose con enojo no ayudará en nada, sólo se preocupará de su pantalón yéndose raudamente de la mesa para ir a limpiarlo.
Lo que puede explicar el cambio de conducta en una misma persona y en situaciones equivalentes será el contexto en que las acciones se desarrollan. De visita el contexto será el de una relación amistosa pero que no implica sustentabilidad en el tiempo, por lo que el trato será amable, simpático y servicial, sin mayores exigencias. Sin embargo, si la situación sucede en un contexto no de visita, sino de una relación cotidiana, de confianza, y que se proyecta en el tiempo, entonces la persona se mostrará tal cual es. Los filtros no funcionarán y aflora el verdadero carácter, los sentimientos reales, las cosas que molestan y los intereses más profundos.
Este cambio de conducta según el tipo de relación suele constatarse a menudo en las relaciones amorosas entre los jóvenes. Éstas se van prolongando en el tiempo y sólo aumenta la intimidad física pero se siguen planteando simplemente como un pololeo o algo ambiguo, sin una mayor proyección y compromiso, entonces las parejas se relacionarán como si estuvieran siempre “de visita”. Compartirán mucho pero a nivel de los sentimientos. Sin embargo si estas relaciones exigen o plantean compromisos mayores y buscan proyectarse en el tiempo, entonces dejarán de relacionarse como si estuvieran de “visita”. Comenzarán a madurar su relación y si ésta no tiene raíces profundas, aflorarán actitudes de desilusión, de dominación de uno sobre el otro, de chantaje sentimental, a veces agresiones verbales, sicológicas e incluso hasta agresiones físicas o simplemente se irán desinflando pues emergerán las verdaderas personalidades y los valores e intereses de cada uno.
Hoy para una pareja que pololea o “anda” se le hará muy complicado madurar en sus relaciones amorosas y crecer en ellas, rodeados de una cultura que más bien los centra en sí mismos e incentiva a eludir compromisos y evadir proyecciones. Las relaciones tenderán a irse centralizándose en casi lo puramente afectivo, sentimental y placentero. E irá en aumento un cierto miedo de exigir un compromiso serio que lleve a desenmascarar lo que en chispazos a veces se intuye: que en el fondo toda la relación tiene la fragilidad de una relación de visita. El compromiso es el único detonante que hace aflorar espontáneamente los verdaderos sentimientos como le pasa a quien, en su propia casa, le han manchado el pantalón.


(Rescatado de Revista del Sábado, El Mercurio. Marzo 2008)

sábado, 24 de mayo de 2008

El Timonel


Desde fines de abril he estado trabajando en un blog comunitario creado para el Centro de Padres y Apoderados del Colegio Constitución. Esta es la primera vez que trato de hacer algo colectivo en Internet. La idea es estimular a los padres a volcar en un blog las noticias y actividades que se generan en torno a los apoderados y el colegio. El nombre de este blog es http://www.eltimonel.cl/ y está heredado de una revista que se ha estado editando desde hace un par de años.
La tarea de hoy es buscar padres que generen contenido, al parecer la directiva del centro ha enganchado con la idea.
Para lograr convencer generé un blog en "versión de prueba" donde subí material de mi blog personal y otras cosas más. Tomé algunas fotos en el colegio e hice un encabezado. Luego lo divulgué por correo electrónico. Ahora está disponible para todos.

domingo, 23 de marzo de 2008

Interior

Generosidad, pudor, impertinencia, desacato, exhibicionismo, arrogancia, humildad.
¿Qué te produce mostrar tu casa por dentro?
Me generó conflicto subir este video. Pero cumple ese inocente objetivo de mostrarte hacia aquellos que quieren ver cómo estás. Hacia aquellos que no te ven nunca o te ven sólo a través de un blog.
Quizás un blog es eso, una línea frágil entre lo íntimo y lo público.


martes, 4 de marzo de 2008

La forma del color


Hubo que pintar la casa y por lo tanto hubo que escoger un color, o varios colores.
Me gustaba el color de la casa que arrendábamos antes por lo que escogí ese amarillo cercano al ocre. Decir escogí puede parecer egoísta, tal vez debería decir escogimos, aunque fui yo el que insistió en ese tono. Durante el proceso de pintado Carolina se arrepintió, traicionó el concenso y dijo que el color ya no le gustaba que prefería ese color elegante de las casas de revistas, blanco invierno. Pero ya era tarde para arrepentirse, mientras discutíamos el maestro siguió pintando y pintando hasta terminar.
Don Herminio no se extrañó de la discusión, tal vez ya había vivido esto muchas veces.
Por varios días Carolina hojeó revistas buscando un consuelo a su deseo frustrado. Al colocar los muebles todo cambió, literalmente el color pasó a un segundo plano.

jueves, 24 de enero de 2008

Ironman Pucón 2008

Domingo 20 de enero. Nos levantamos más temprano de lo normal para ver la partida de la competencia. Salimos de la cabaña en auto pero al final nos encontramos con el tráfico cortado y tuvimos que estacionar a cinco cuadras del hotel. Perdimos tiempo en el trayecto a pie para acercarnos a la playa dado que me había lesionado el día anterior y no podía caminar muy rápido. En medio de la euforia deportiva se me había ocurrido ir trotando desde la cabaña al centro para arrendar una bicicleta. La bicicleta no fue problema, pero el trote me dejó resentida la musculatura en torno a la rodilla izquierda. Curiosamente iba a ver una triatlón cojeando.

A una cuadra del hotel vimos venir a la gente hacia la plaza y entonces nos enteramos que la competencia ya se había largado, ahora todos corrían al otro extremo del hotel para ver la salida de los competidores del agua y su transición a bicicleta.
Tomé fotos. Competidores saliendo del agua, sacándose el traje de hombre rana, montando la bicicleta, etc. Dado que esta competencia cubre tantos kilómetros resulta un poco frustrante no poder abarcarlo todo de una vez.

Las horas fueron pasando y nos desplazamos por varias cuadras para ver pasar esas espectaculares bicicletas y luego a los atletas corriendo. Es curioso, cuando se habla de Ironman (hombre de acero) uno tiende a pensar en personajes tipo John Rambo un poco menos, pero Colucci es todo lo contrario, flaquísimo y alto, al verlo en la calle nadie apostaría que es un “Ironman”.
Finalmente nos quedamos en una esquina donde había mucha gente de la organización y un tipo con un megáfono gritaba el estado de la competencia, anunciaba los atletas que iban pasando y estimulaba a la gente para que apoyara también a los competidores.
La cosa se fue resolviendo entre un brasileño (Colucci) y un argentino (Galíndez), lo cierto es que Colucci arrasó con Galíndez y todos los demás. Tres minutos de diferencia en una competencia de 4 horas no es mucho, pero sentir o esperar esos tres minutos a orilla de calle resulta abismante.

Cuando la mayor parte de los competidores ya estaba en el trote, la gente despejó el sector donde quedaban la bicicletas ordenadas una al lado de la otra. Había resguardo de la organización para cuidar estas verdaderas joyas. En cada soporte un banderín indicaba el número del competidor su nombre y su categoría. Empecé a recorrer el lugar y entre los competidores encontré un viejo conocido, Norman Mcmillan compitiendo en la categoría 45 a 49 años. Mcmillan practicaba remo en Valparaíso a mediados de los años 80 y competía en singles por la Britsh. Entiendo que se dedica a la medicina deportiva.
Reconocer a alguien entre los competidores me hizo sentir contento, ahora también tenía a quién gritarle: ¡Dale Norman!¡Dale!