miércoles, 15 de agosto de 2007

Punto de Partido


Quien dijo:”Mejor tener suerte que talento”, conocía la esencia de la vida. La gente teme reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuantas cosas escapan a nuestro control. A veces en un partido de tenis, la pelota toca al borde de la red y durante un instante, puede seguir hacia delante o caer hacia atrás. Con suerte sigue hacia delante y ganas. O quizás no lo hace y pierdes.

Woo
dy Allen, Match Piont.


Esta mañana de invierno desperté recordando que había arrendado la noche anterior dos películas, una infantil y una de Woody Allen , llamada Match Point.
Hace un mes concluyeron dos campeonatos de fútbol que marcaron esta temporada. El mundial sub 20 y el campeonato sudamericano adulto. Ambos campeonatos tuvieron un final de película, una trama que se resuelve punto a punto donde los errores, las horas de entrenamiento, las buenas y malas intenciones, el comportamiento fuera de la cancha, son aportes insuficientes si la suerte del juego no pone de su parte. Un contingente importantes de periodistas y columnistas deportivos hacen análisis, analogías del juego con la cultura de todo un pueblo. Los políticos ante los resultados también aparecen y hacen lo suyo.

Lo cierto es que este juego es dinero y aunque para la mayor parte de chilenos todo sigue igual, es un campeonato más que se gana o se pierde, para un grupo quizás no tan pequeño la vida sí cambia. Estoy pensando en los jugadores y sus familiares, en los asistentes técnicos, periodistas, patrocinadores, que están acechantes ante una actividad que se adormece o despierta. Para ellos ese factor suerte, no es un dato simple, les puede cambiar la vida, incluso, para siempre.

En Match Point el protagonista lanza un anillo al Támesis. Por esas cosas del destino, el viento tal vez , el anillo sigue una trayectoria con la que toca el borde de la baranda y cae al piso (la pelota no cruza la red). ¿Qué le conveía? ¿Cruzar o no cruzar? A veces fallar es un acierto.

En el juego de nuestra vida la suerte actuó y definió cosas importantes sin que nos percatáramos. Y lo curioso es que sigue ahí esperando la próxima oportunidad para jugarnos a favor o en contra aunque no estemos dispuestos a aceptarlo.